Eeste joven ilustrador holandés nació en 1982 a orillas del mar del norte. estudió ilustración en la Escuela de Bellas Artes de Zwolle y desde su graduación en 2009 no ha parado de trabajar. inspirado por gigantes del arte como su compatriota Maurits Cornelis Escher y el catalán salvador Dalí, ha ido fraguando trazo a trazo un estilo que ya le reportó premios nacionales y el reconocimiento del movimiento artístico holandés. Redmer Hoekstra nos abre las puertas de su estudio y nos invita a conocer su universo personal.
-¿Recuerdas cómo llegó el arte a tu vida?
-Una vez de niño vi unas imágenes de Dalí y Escher, ¡que me volvieron loco! Tenía una imaginación desbocada por aquel entonces, recuerdo haber tenido todo tipo de fantasías acerca de cómo funcionaba el mundo, al crecer esa imaginación fue apagándose pero volvió a aflorar y con más fuerza en la escuela de arte.
-¿Cómo ves la escena artística holandesa en la actualidad?
-Bueno… digamos que nuestra escena artística es un ámbito muy duro. La crisis económica y los gravísimos recortes de presupuestos han hecho mucho más difícil para los estudiantes que recién se gradúan poder dar sus primeros pasos y siquiera soñar con vivir del arte. Podríamos decir que hay una gran cantidad de peces, ¡en un estanque diminuto! Muchos de mis compañeros de graduación han tenido que tomar la triste decisión de elegir una profesión diferente para sobrevivir o aún peor, vivir bajo niveles de pobreza alarmantes.
-¿Cuánto tiempo te lleva un trabajo como Alligator Shoes?
-Justamente la pieza a la que haces referencia, no recuerdo bien cuánto, pero para dar un promedio, podríamos decir que tardo unas treinta horas para completar un dibujo, las cuales intento repartirlas en cuatro días para no volverme loco.
-¿Has probado alguna vez otros medios para expresarte artísticamente?
-Claro que sí, recuerdo que en la escuela de arte probé de todo, pintura, animación, arcilla, dibujo digital, etc. Pero nada terminó por convencerme del todo, reconozco que fue una experiencia muy útil. Pero finalmente regresé a mi viejo y querida pluma fineliner. Saber lo que los diferentes medios pueden hacer ayuda muchísimo, te da otra perspectiva, pero dibujando me siento más cómodo.
-¿Podrías decirnos qué te ofrece la pluma por sobre los demás medios?
-Precisión. La pluma me ofrece la posibilidad de un acabado más fino. Cada objeto se ha de elaborar de manera diferente, cada uno tiene características únicas, por ejemplo: el metal, la madera , el pelo o el músculo. En este sentido la pluma, para mí, no tiene rival. En mis manos un pincel es infinitamente menos preciso. Particularmente en mis trabajos es importante que por ejemplo, una piel de cocodrilo parezca real para que el aspecto surrealista de la pieza tenga mayor impacto. Muchas personas al ver mis obras responden con sorpresa. Su cerebro primero les dice que “es un pájaro “, pero cuando tienen una segunda mirada, sólo entonces consideran que en realidad es un silbato. Es por eso que es importante lograr dibujos lo más realistas posibles, porque sólo así, a través de ese contraste el espectador obtiene ese impacto.
-Hablando de precisión, ¿volverías a trabajar con ordenadores?
-Para mí una máquina no debe ser utilizada para crear una pieza. El ordenador borra el sello personal y único de un artista, su propio “puño y letra”.