Con apenas dos meses desde la idea inicial y con los errores y limitaciones propios de la inexperiencia, Verboten veía la luz el 1 de noviembre del 2012 gracias a la energía inagotable que proporciona la felicidad de hacer lo que te gusta y el juramento interno de no dejar ni una idea más agonizando a la orilla del camino. El nombre fue elegido por su significado en alemán. Con respecto a la publicación, entendimos que hacerlo mensualmente era lo mejor, compaginar las obligaciones laborales y familiares con la vorágine de un diario, resultaba imposible.
En cuanto a nuestros objetivos, sólo uno, escribir. Hacerlo con pasión y respeto, sin restricciones de espacio o de tiempo. Escribir al amor, al odio, al fracaso o al éxito, con la sola condición de ser totalmente responsables de cada palabra y el mensaje que lleven dentro. Escribir sin esperar nada a cambio, escribir sin parar ni dudar, escribir cada día mejor o morir en el intento. Escribir sí, pero jamás escribir por escribir, porque a esas palabras sí que se las lleva el viento.